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7 ventajas de un coche eléctrico frente a un vehículo de combustión

El sector del automóvil está viviendo una transformación sin precedentes. Impulsada por la innovación tecnológica y una creciente concienciación ambiental, la movilidad eléctrica ya no es una mera visión de futuro, sino una realidad cada vez más perceptible en nuestras carreteras. Prueba de ello es que el número de matriculaciones en España sigue aumentando, con un incremento del 28 % de 2023 a 2024. Si aún no sabes si merece la pena invertir en este tipo de vehículos, te explicamos a continuación 7 ventajas de los coches eléctricos frente a los de combustión. ¡Sigue leyendo!

1. Más ahorro en cada kilómetro

Uno de los principales beneficios de los vehículos eléctricos (VE) es la disminución en el gasto de combustible. Mientras los precios de la gasolina o el diésel varían continuamente, el coste de la electricidad suele mantenerse más bajo y estable.

La recarga de un VE, sobre todo si se hace en casa durante las horas valle con una tarifa ajustada, puede suponer un ahorro de un 70 % en comparación con el gasto en repostaje de un coche de combustión. Al acumularse día tras día, esto se traduce en miles de euros a lo largo de la vida útil del vehículo, lo que en muchos casos posibilita la amortización de la diferencia de precio en la compra inicial.

2. Reducción del mantenimiento

Los coches eléctricos son más simples mecánicamente, lo que significa que el mantenimiento tiene un menor coste según estudios del sector y se debería realizar con menos frecuencia. Los motores eléctricos se diseñan con menos piezas que los de combustión, así que, por ejemplo, no es necesario cambiar el aceite, las correas de distribución o el tubo de escape.

Además, con la frenada regenerativa, que aprovecha la energía de la deceleración para recargar la batería, el desgaste de las pastillas y los discos de freno se reduce de manera considerable. Por tanto, se alarga su vida útil y los costes de mantenimiento a largo plazo disminuyen todavía más.

3. Menor impacto medioambiental

La reducción de la huella de carbono es una prioridad global. En este sentido, los VE son claves porque no emiten gases de efecto invernadero ni otros contaminantes, como óxidos de nitrógeno o partículas finas. Esta característica desempeña un papel fundamental para mejorar la calidad del aire en los núcleos urbanos, donde la contaminación del tráfico es un grave problema de salud pública.

Aunque es cierto que la fabricación de las baterías tiene cierto impacto ambiental, los análisis de su ciclo de vida completo demuestran que un coche eléctrico es bastante más respetuoso con el planeta que uno de combustión, sobre todo si la electricidad usada para recargarlo procede de fuentes renovables.

4. Rendimiento superior en la conducción

Conducir un vehículo eléctrico ofrece una experiencia única que, en muchas ocasiones, supera a la de un coche convencional. Por ejemplo, la entrega de potencia es instantánea, lo que permite una aceleración lineal y continua desde el primer momento. Esta capacidad de respuesta proporciona una agilidad y una dinámica de conducción agradables, sobre todo en el tráfico urbano.

Asimismo, la ausencia de un motor de combustión, con las típicas explosiones internas, y la falta de un sistema de escape dan como resultado una experiencia casi silenciosa y sin vibraciones. Este confort acústico reduce el estrés y la fatiga auditiva para convertir cada trayecto en un momento más tranquilo y cómodo.

5. Ayudas e incentivos fiscales

Para acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible, el Gobierno de España ofrece incentivos para comprar vehículos eléctricos. Entre ellos destaca el Plan MOVES III, que contempla ayudas directas que pueden alcanzar los 7000 euros si se entrega un coche antiguo.

A esto se suma la posibilidad de obtener una deducción de hasta el 15 % en el IRPF sobre una base máxima de 20 000 euros, lo que puede suponer un ahorro fiscal adicional de hasta 3000 euros. Estos beneficios económicos, sumados al ahorro en combustible y mantenimiento, hacen que la inversión inicial en un coche eléctrico sea cada vez más competitiva.

6. Ventajas al circular y aparcar

Tener un coche eléctrico con la etiqueta 0 emisiones de la DGT proporciona una serie de privilegios en el día a día, sobre todo en las grandes ciudades. Por ejemplo, estos vehículos pueden circular sin restricciones en las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y durante picos de contaminación.

Asimismo, en muchas localidades disfrutan de aparcamiento gratuito o con tarifas muy reducidas en estacionamientos regulados. Incluso, es posible que tengan permitido usar los carriles BUS-VAO, aunque solo viaje una persona, lo que puede recortar considerablemente la duración de los desplazamientos en horas punta.

7. Más innovación e independencia energética

Invertir en un vehículo eléctrico es apostar por un modelo energético más sostenible. Al reducir la dependencia de los combustibles fósiles, importados en su mayoría de regiones geopolíticamente inestables en la actualidad, los países pueden reforzar su seguridad y su independencia energética.

Además, la electrificación del transporte impulsa la innovación en áreas como el almacenamiento de energía, el desarrollo de redes inteligentes o la economía circular en torno al reciclaje y la segunda vida de las baterías. Elegir un coche eléctrico supone, en definitiva, participar activamente en la creación de un futuro más limpio, eficiente y tecnológicamente avanzado.

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